miércoles, 2 de septiembre de 2009

Visita de los primos del interior

Se acuerdan cuando los primos del interior venían de visita a Buenos Aires? No, no los míos, que nunca vivieron lejos de la cancha de San Lorenzo en sus dos encarnaciones (de la cancha, no de mis primos), unos primos del interior teóricos, esos que casi todos tenemos. Si no son primos son amigos, o primos de nuestros amigos. Pero bueh, me estoy yendo por las ramas.

El lunes 24 de agosto llegamos al aeropuerto O. R. Tambo, nombrado así por el socio de Mandela y una de las principales figuras de la lucha contra el apartheid, y en seguida nos encaminamos hacia la oficina de la agencia que nos había alquilado el auto (les recomiendo carrentals.com, conseguimos una muy buena oferta). En el aeropuerto, recientemente remodelado, está lleno de personas con chaquetas amarillas o naranjas (no recuerdo) del programa iHelp, que es una especie de juego de palabras entre “yo ayudo” y iPod. Bueno, la cuestión es que sin pedir propina te llevan a través de todo el aeropuerto hasta que encuentres lo que buscás, y hasta te ayudan con el carrito y eso. Impresionante. No conozco otro aeropuerto tan fácil para el recién llegado, a pesar de la mala fama que tiene Johannesburgo en general. Se están preparando muy bien para 2010 (allá estaremos, Maradona mediante).

Una vez en nuestro Nissan Tiida automático, salimos para Pretoria (O. R. Tambo es el aeropuerto de Jo’burg y de Pretoria). Llegamos a nuestro “Guesthouse” a eso de las 10 de la noche, tardísimo para los estándares locales. Nos esperaba Vissie (pronúnciese Físi) con las llaves de nuestra “habitación familiar” que eran en realidad dos habitaciones con un líving y una kitchenette. Muy agradable y práctico. Las condiciones estaban dadas para una buena estadía en Pretoria.

Qué fuimos a hacer a Pretoria? En realidad, yo tenía que ir por trabajo y una semana antes me contacté con la embajada Argentina para preguntarles qué papeles tenía que llevar para renovar el pasaporte de Mati. Resultó que no solamente tenía que llevar su DNI, partida de nacimiento y pasaporte viejo, sino que también lo tenía que llevar a él, y a su madre. Ya que estábamos, llevamos a la hermana también, convirtiendo a éste en el pasaporte más caro de la historia…

Qué hicimos en Pretoria? Pretoria es, como todos ustedes saben, la capital de Sudáfrica. Y Windhoek hasta 1990 era la capital de una de-facto provincia de Sudáfrica, África Sud-Occidental (South West Africa). Resulta que acá también, dios está en todas partes pero atiende en Pretoria (y tal vez Johannesburgo y Ciudad del Cabo). Entonces qué hicieron los primos del interior cuándo visitaban Pretoria? Hicimos trámites (pasaporte y ya que estábamos renovación de DNI para Mati), visitamos el zoológico, fuimos a los Shopping, fuimos a McDonald’s (esto sí que era importante), fuimos al cine (G-Force, en 3D!), fuimos a restaurantes, visitamos el obelisco (ah, no, acá no había obelisco, pero fuimos a Church Square a ver la estatua de Kruger –sí, el del parque- y al monumento a los Vortrekkers), fuimos a McDonald’s (otra vez), fuimos a McDonald’s (sí, 3 veces!), fuimos a arreglar la cámara de fotos que se había llenado de arena en el Namib, fuimos a Toys’r’us (una megajuguetería), fuimos a comer chino, fuimos a Swatch a que le achiquen la malla al reloj de Sole, fuimos a otro Shopping... Es decir, fuimos a hacer cosas propias de una capital. Entiéndase bien, cuando digo fuimos, la mayor parte de las veces debería ser “fueron”, porque yo estuve bastante tiempo en reuniones, pero los chicos la pasaron bárbaro.

El viernes sí me lo tomé libre e hicimos un tour por Johannesburgo y Soweto. No vimos demasiado de Jo’burg, pero Soweto nos gustó e impresionó bastante. Es el barrio donde vivían (viven) los negros de Johannesburgo, queda a 30 kilómetros al sudoeste (de ahí SOuth WEst TOwnship), y normalmente los trabajadores tenían alrededor de 2 horas de viaje de ida y 2 de vuelta. Los negros no podían vivir en otro lado, y para estar en la ciudad “fuera de hora” tenían que tener una autorización especial por escrito en una especie de pasaporte. Fue el núcleo de las revueltas contra el apartheid que comenzaron en 1976 con el asesinato de un estudiante negro de 13 años, Hector Pieterson. En el museo de Soweto, las imágenes de esos años nos llegaban con fuerza, llenas de paralelismos con lo que pasaba en esa época en Argentina…

En estos días me estoy metiendo en profundidad en la historia de Sudáfrica, muy compleja y muy interesante. Pero no los voy a aburrir con eso. Espero que esta entrada marque el relanzamiento del blog, pero no les prometo nada.